jueves, 24 de enero de 2013

la última

Era una posibilidad.
Su mismo cuerpo le pedía que no volviera a enamorarse,  que se apartara de la compañia un rato, que dejara de buscar consuelo en otros brazos que no fueran los suyos.  Que hiciera oidos sordos a las voces que la llamaban.

Era su cuerpo que reclamaba a gritos la soledad.  Un alma gastada, abrumada por el dolor que causan las venas de un corazon arrancado del cuerpo.  La piel pedía limpiarse de sus caricias, reparar cada herida, cada palabra fuera de lugar.  Raquel... Raquel... Raquel.

Entre los escombros de mi alma... Sabines.  Sólo era eso. Un montón de escombros, sin rumbo fijo.  Su mirada. su mirada plagada de tristeza. su mirada sin más lágrimas que llorar.  El regazo al que no más regresarías.  Sus manos temblaron, tomo una última fotografía... tuvo el mismo final que las demás, hecha trozos y a la basura. 

Por un momento deseo morir, así se iria esa sensación de vacío que la embargaba. Pero solo fue por un momento, en el fondo sabía que no valía la pena, que ya sanaría y volvería a sonreir. No sabía cuanto iba a esperar, sólo estaba dispuesta a hacerlo.

Comenzó a escribir su historia, lo importante: decidió empezar por el final, para que el recuerdo fuera más lindo, para no quedarse con la amargura de este final... y fue ahí, al decidir borrarle los dos puntos suspensivos que la historia podía tener que una última lágrima terminó de brotar de sus ojos...

Acompañada de alivio, de tranquilidad.  Aun habia heridas abiertas, todavía sentia dolor, pero era menor con cada día que pasaba...

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