miércoles, 16 de enero de 2013

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Esa era la intención, no recordar nada.  Cortar de tajo eso que dolía, que hacía que sus ojos se nublaran y su corazón se encogiera.  Realmente es imposible,  su piel tenía marcas que no se borran, su espíritu debilitado tras luchar sola...

Hay cosas que nunca sabré hacer, dijo ella para sus adentros: ser fiel y estar sola.  Y era cierto, la soledad le aterra, por lo que siempre buscará alguien con quien compartir momentáneamente una palabra o el colchón... la inseguridad de no tener un futuro cierto.

En el fondo, sabe que necesita estar sola y escucharse a sí misma, descifrar cada palabra que su ser tiene para ella.  Darse cuenta de las sensaciones que atraviesan su cuerpo.  Encontrarse entre los escombros que hay en su interior.  Hacer una reconstrucción total.

Silencio, todo se vuelve silencio a su alrededor.  Le agobia, no quiere escucharse, no quiere sentirse sola. el silencio invade su ser. No es precisamente el ocio, si no el vacío que le oprime la mente, la confunde, bombardeándola con recuerdos, con sus historias agonizantes, los aromas que evocan sensaciones y emociones.  Es el vacio del si estuvieras.  No era la primera vez que lo sentía, era frecuente en su vida.  Triste: desde su infancia sufrio ausencia y abandono, el hubiera era un refugio para su realidad.

Las lágrimas son sabias, dijo para sí. se han guardado para los mejores y los peores momentos.  Siempre cumplen su función.  Quiero conservarlas para lo importante. Por eso sólo cinco lágrimas mereces. Son las suficientes.

Una cuarta lágrima comenzó a formarse.  Intentó ocupar el corazón roto de Raquel... se salía por las heridas aun abiertas. Era muy dificil permanecer ahí.  con uñas y dientes se aferraba a los pedacitos, intentaba acercarlos para que sanara, para que pudiera contener otra vez al amor...


O tal vez no habría más amor para ella...












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