jueves, 28 de mayo de 2009

...aceptando culpas...

Si, acepto que hubo veces, hace tiempo, que me perdía en tus ojos. Que soñaba con acariciar tus labios y meterme en tus brazos.

Pero lo importante, es que te conocía, me dejabas ver tu mundo. Tu realidad tan apartada de la mía. Aun así, me deje llevar por tu esencia. Tu aroma, tu caminar tan peculiar. De tus labios, de tu forma de ser, de tu voz.

Eran horas… simples horas que pasaban sin pena ni gloria. O al menos eso creí… hasta que paso lo inevitable, tu mirada y mi mirada se perdieron la una en la otra. Sentí ganas de abrazarte y besar tus labios. Pero había muchas barreras que lo impedían.

Me quede con las ganas atrapadas entre el corazón y mis labios. No dejaba de imaginarte en mi vida, eras solo eso, un divague más de mi mente, un sueño, una ilusión flotando entre nubes de un quizá, y de un tal vez…

Nunca te percibí tan real, tan humano, hasta aquella noche, fue todo tan extraño. Te veías demasiado vulnerable. Supe que había algo de dolor, de coraje en tus ojos, pero tus labios, decían otra cosa. Que incongruente sonaste…

Ese primer beso, me hizo considerar que eras real, que no solo era una fantasía mía, que quizá, algun dia, todos esos divagues aterrizaran en tierra firme. Quizá si ese beso no hubiera existido, tu historia y la mía, no se hubieran cruzado nunca.

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