De esas veces que...
Crees que a pesar de las puertas que te cerraron en la cara, se abrieron ventanas interesantes
que le dan a tu estadía por estos lugares un motivo para sonreir.
Que sabes que hay algo que te sacara del bache en el que estas, y te anima a esforzarte
a pesar de que hubo cosas que bajaron tu moral a -1, te dolieron y lo siguen haciendo, haces conciencia de que no hacen sino fortalecerte y llenarte de experiencia.
Sabes que hay un monton de personas apoyandote en todos los sentidos, y te das cuenta que nunca has estado sola, que hay quienes creen en tí...
hoy es de esas veces!
...Las palabras: catársis del alma agobiada, simple desahogo de pasión que calla, fluir de emociones, pensamientos que se gestan en lo profundo de mi ser...
jueves, 16 de febrero de 2012
sábado, 11 de febrero de 2012
...Lluvia sobre mi...
Caen gotas al compás de los supiros,
sonidos de lluvia, olor a tierra mojada
fibras arrancadas del alma,
el sol aun no sale, el sol no saldrá.
Regresar al punto de partida: el mar, calor
nube, viento, caida libre, choque en seco
contra mi acera.
Y así, es el fin de otras tantas gotas que se tiran al suicidio contra el concreto, o los autos, las cabezas de las personas, pueden estamparse en la ventana del cuarto donde unos amantes hacen el amor inspirados por la lluvia, o en el techo bajo el que una adolescente ilusionada lee novelas rosas.
O llegaron a estamparse suavemente sobre mí, adentrandose a la amargura que suele recorrer mis venas, pudiendo enfriarse con mis manos, o congelarse en el corazón.
Llegaron a mala hora, cuando me desmoronaba, cuando intentaba montar de nuevo una sonrisa y remendar mi corazón y mi alma, llegaron cuando maquillaba de luz una mirada que lucia apagada desde dentro.
Quisa contribuyan en algo a formar de nuevo este ser
sonidos de lluvia, olor a tierra mojada
fibras arrancadas del alma,
el sol aun no sale, el sol no saldrá.
Regresar al punto de partida: el mar, calor
nube, viento, caida libre, choque en seco
contra mi acera.
Y así, es el fin de otras tantas gotas que se tiran al suicidio contra el concreto, o los autos, las cabezas de las personas, pueden estamparse en la ventana del cuarto donde unos amantes hacen el amor inspirados por la lluvia, o en el techo bajo el que una adolescente ilusionada lee novelas rosas.
O llegaron a estamparse suavemente sobre mí, adentrandose a la amargura que suele recorrer mis venas, pudiendo enfriarse con mis manos, o congelarse en el corazón.
Llegaron a mala hora, cuando me desmoronaba, cuando intentaba montar de nuevo una sonrisa y remendar mi corazón y mi alma, llegaron cuando maquillaba de luz una mirada que lucia apagada desde dentro.
Quisa contribuyan en algo a formar de nuevo este ser
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